LISBOA Y SINTRA
Decidimos pasar el puente del 12 de Octubre en Lisboa. A pesar de que el tiempo pronosticaba lluvia llevábamos tiempo queriendo conocer la ciudad de las siete colinas.
Para los que vayáis en coche y nunca hayáis estado en Portugal es importante que sepáis que los peajes funcionan de diferente manera que en España. Nosotros accedimos a la frontera desde Salamanca, y justo en el último pueblo español tienes que pararte a sacar un ticket, donde tú mismo asocias la matrícula de tu coche con tu tarjeta bancaria. Este ticket tiene una validez de un mes aproximadamente, y sirve para poder pagar el peaje electrónico portugués. Digamos que es parecido al teletac que tenemos en España, con la diferencia de que no pasas ninguna barrera, únicamente verás cada ciertos kilómetros unas cámaras situadas justo encima de la autopista. Si no sacas este ticket la multa puede ser cuantiosa. Entre ida y vuelta hemos pagado un total de 54,70€ en peajes.
Aparcar en Lisboa puede resultar bastante complicado si tienes el hotel cerca del centro. Casi todo el aparcamiento exterior lo tienes que pagar; y dejar el coche en un parking cerrado del centro puede suponerte un coste de 30 o 40€ el día. Nos costó dar con un hotel que tuviera parking privado (elegimos el V Dinastia Guesthouse- situado a 15min a pie del centro-, que ofrecía la posibilidad de aparcar en un parking privado al descubierto por 5€. Fue lo mejor que encontramos y la verdad es que estaba bastante bien.)
DIA 1:
Bajamos andando desde el hotel por la gran Avda Libertad, y tras atravesar la Plaza de los restauradores llegamos a la siguiente plaza, la del Rossio, donde se encuentra la asombrosa estación ferroviaria de Rossio; que por las noches iluminan su fachada para hacerla todavía más espectacular.
En la misma Plaza del Rossio se encuentra el teatro nacional Doña María y el Café Nicola, con su fachada art déco y su larga historia se ha convertido en el café más famoso de Lisboa.
Seguimos bajando por la elegante calle peatonal Rua Augusta que, a través de un Arco, se adentra en la Plaza del comercio.
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Calle Rua Augusta |
Pero a medio camino es importante pararse a ver el elevador de Santa Justa. Se puede subir en el ascensor o bien dar un rodeo a pie.
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Vistas desde el elevador de Santa Justa |
Del Barrio Chiado, que se reconstruyó tras el incendio de 1988, hay que destacar sus calles más importantes, que son las de Carmo- con las ruinas de la iglesia del mismo nombre, reconstruida para recordar el gran terremoto-, y la de Garret, donde se encuentra el café A Brasileira, en cuya terraza hay una escultura que representa a Fernando Pessoa.
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Ruinas de Carmo |
La Plaza del Comercio fue construida donde estuvo situado el palacio real antes de ser destruido por el gran terremoto de 1755. Históricamente ahí llegaban los barcos mercantes y ésta era la puerta de Lisboa. La estatua ecuestre representa a José I, rey portugués que estuvo al mando durante el terremoto de Lisboa.
Después subimos a pie al castillo, haciendo una breve parada en la catedral. Esta es la iglesia más antigua e importante de la ciudad. Su construcción data del siglo XII y su estilo predominante es el románico. Su nombre completo es Santa María Maior.
Por fin llegamos al Castillo de San Jorge, construido en el siglo V por los visigodos.
He de decir que la visita no cuesta los 8,5€ por persona que te cobran al entrar. Pues únicamente rodeas las murallas y accedes al mirador que te permite ver todo el casco antiguo de la ciudad, con el puente 25 de Abril de fondo. Pero creo que en Lisboa hay cientos de miradores mejores y gratuitos.
Después de visitar la fortaleza es recomendable dar una pequeña vuelta por las calles cercanas. A sus pies, se extienden dos barrios antiguos y pintorescos: la Mouraria y la Alfama. La Alfama es un antiguo barrio de pescadores con callejuelas para caminar sin prisa. Una buena opción es coger el nostálgico tranvía 28, este nos deja en la parte alta del barrio.
DIA 2:
El único día que cogimos el coche del hotel fue para viajar hasta Sintra, situada a 40min de Lisboa.
Una vez llegamos a Sintra nos dirigimos hacia el Palacio Da Pena (hacer hincapié en que si vais en coche lo mejor es visitarlo a primera hora).
La carretera de acceso es como un cuento de hadas, rodeada de árboles en sus dos laterales, unidos entre sí, formando un paisaje de ensueño. La niebla matutina hacía de aquél paisaje una auténtica belleza.
Cada pocos kilómetros hay aparcamientos gratuitos, que sin duda se colapsan según pasan las horas.
Una vez compramos las entradas accedimos a través de una verja al recinto del palacio, donde se puede subir andando- unos 15min-, o en un autobús que cuesta 1,5€ ida y vuelta.
Aparcar en Quinta da Regaleira ya es harina de otro costal. Tras una larga y lenta cola de vehículos tuvimos la suerte de aparcar justo en la puerta, en un aparcamiento donde a penas entran diez coches. Claro que si conseguís aparcar en el centro caminando enseguida llegáis al palacio.
Lo mejor de Quinta da Regaleira sin lugar a dudas son sus jardines, es una visita muy recomendable.
Nos dieron un mapa junto con la entrada donde nos indicaban las diferentes grutas y lugares de interés. Lugares donde cualquier fotografía puede parecer sacada de un cuento de hadas.
Nos dieron un mapa junto con la entrada donde nos indicaban las diferentes grutas y lugares de interés. Lugares donde cualquier fotografía puede parecer sacada de un cuento de hadas.
Al volver a Lisboa quisimos atravesar el puente colgante más largo de Europa, el Puente 25 de Abril, con 2.277 metros de longitud. Cuenta con dos alturas, el piso superior para automóviles y el inferior, añadido en 1999, para trenes. Por su similitud y por haber sido fabricado por la misma empresa, a menudo se le compara con el Golden Gate de San Francisco.
Miador del Santuario de Cristo Rey |
Tras atravesar de nuevo el puente para volver a la ciudad nos encontramos con el Monumento a los Descubridores. Erigido en 1960 para conmemorar el quinientos aniversario de uno de los grandes descubridores de Portugal, el infante Henrique el Navegante, descubridor de Madeira, Las Azores y Cabo Verde.
La Torre de Belém fue construida entre 1515 y 1519. Inicialmente sirvió para la defensa de la ciudad, posteriormente se convirtió en centro aduanero y faro.
Junto a la Torre de Belém, dicen que la visita turística más importante de Lisboa es el Monasterio de los Jerónimos. Su única nave cuenta con seis columnas perfectamente talladas que parecen no tener fin.
DIA 3:
Al sur del Parque de las Naciones encontramos el puente Vasco da Gama, un lugar precioso para poder admirarlo es desde el Caminho das gaviotas.
Es el puente más largo de Europa. Tiene 17,2 kilómetros de largo.
Después de una mañana de compras en el centro comericlal Colombo volvimos a Zamora tras cinco horas y media de coche.
Es el puente más largo de Europa. Tiene 17,2 kilómetros de largo.
Después de una mañana de compras en el centro comericlal Colombo volvimos a Zamora tras cinco horas y media de coche.